Luego de cuatro temporadas exitosas para el equipo, en 1980 se presentó el 312T5. Solo sumó 8 puntos, siendo el peor resultado de Ferrari en la historia del Campeonato de Constructores.​ Para 1981, fue remplazado por el Ferrari 126C de motor turbo. El monoplaza estaba impulsado por un motor bóxer de 3 litros y 12 cilindros con una potencia de alrededor de 500 CV. La configuración de cilindros opuestos permitía que el vehículo tuviera un centro de gravedad más bajo, dándole mayor estabilidad en las curvas. La denominación del vehículo se debe a su cilindrada (3), número de cilindros (12) y el hecho que su caja tuviera una disposición transversal (T) con respecto al eje del motor.